No rotundo de la Plataforma Laicista de Jerez a la desafortunada decisión del alcalde de Cádiz, José María González «Kichi», al conceder la Medalla de Oro de Cádiz a la Virgen del Rosario.
Desde la Plataforma Laicista de Jerez consideramos que ha sido un gran error el conceder la Medalla de Oro de Cádiz a una imagen religiosa que, por muy popular y asimilada que esté por la población gaditana, no deja de ser un símbolo religioso. No entendemos cómo un alto representante de Podemos en Cádiz ha dejado el principio de laicidad que su partido contempla dentro de sus fines políticos aparcado en el cajón de la mesa. El laicismo es el único medio con el que contamos para evitar la injerencia de las confesiones religiosas en el Estado que, de tan normalizada a veces, parece el Estado mismo. Por muy de forma popular que se viva la religiosidad en Cádiz, las instituciones, y su ayuntamiento en concreto, han de ser neutrales tal como señala el ideario político de Podemos que el señor Alcalde defiende sin excepción alguna.
Igualmente consideramos una gran equivocación el tratar de justificar lo injustificable por parte de altos cargos de Podemos. Incluso aceptando el planteamiento del señor Monedero de la dualidad de la iglesia del humilde frente a la del rico, la laicidad debe contemplar la separación tanto de la Iglesia popular como de la Iglesia de la casta. No cabe excusa alguna de complicidad con una u otra forma de populismo religioso. Las instituciones deben quedar al margen de cualquier forma de expresión religiosa, tanto de las élites, como del pueblo llano.
En el mismo sentido, la señora Rodríguez, en Andalucía, cae en el mismo error al defender una supuesta coherencia y enarbolando la bandera del sentir popular. Hay que llamar la atención de que la máxima distinción de la ciudad se le ha concedido a un símbolo religioso, no a los que viven ese sentir popular de la religión. Igualmente no entendemos como el señor Iglesias hace burla cuando el exministro del Interior concede una medalla a una virgen, pero en Cádiz lo justifica con el argumento del arraigo popular de una imagen. El laicismo, incluido en el ideario político de Podemos, es y debe ser neutral ante cualquier tipo de manifestación religiosa, sea ésta arraigada, elitista o popular. Las instituciones de la administración en un lado y las confesiones religiosas, con sus manifestaciones, por otro. Entre ambas una frontera de respeto mutuo.
Podemos e Izquierda Unida representan hoy por hoy la esperanza del laicismo para avanzar hacia una aconfesionalidad real, dejando atrás décadas grises de teocracia en España, de ahí que no entendamos esta actuación del alcalde de Cádiz y de quienes lo han apoyado. Quizás en Andalucía tengamos un poco más difícil que en el resto de España hacer bandera del laicismo por el arraigo y aceptación de las manifestaciones religiosas, pero somos conscientes de que los grupos de presión religiosos, liderados por el PP, con el visto bueno (cuando no, fuerte apoyo) del PSOE, tienen poder para usar dichas manifestaciones religiosas como ariete contra el poder legítimo alcanzado en las urnas. Ante esto consideramos que mantener la coherencia con los principios políticos que se defienden son la mejor barrera para que los símbolos religiosos dejen de ser usados como herramientas políticas.
Desde la Plataforma Laicista de Jerez demandamos la denuncia y derogación del Concordato y los Acuerdos del Estado español con la Santa Sede, así como todos los suscritos en el mismo sentido con otras confesiones religiosas.