En el día de hoy, 9 de diciembre de 2017, Día Internacional del Laicismo y la Libertad de Conciencia, queremos hacer pública nuestra denuncia a la situación de privilegio confesional, especialmente hacia la Iglesia católica, que aún existe en nuestras instituciones públicas. Instituciones que debieran velar desde la laicidad por el respeto a la libertad de conciencia, a las diversas creencias y convicciones, en un marco de principios democráticos, de justicia, igualdad y ausencia de toda discriminación como proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y la Carta Europea por la Laicidad y la Libertad de Conciencia que la asociación Europa Laica proclamó en mayo de 2014.
Deseamos compartir esta reflexión porque creemos que sólo desde la neutralidad institucional evitaremos situaciones de discriminación; porque las instituciones públicas nos representan a todos, independientemente de las creencias o convicciones que tengamos; porque nuestros representantes, desde el momento que toman posesión de su cargo y en uso del mismo, no deben formar parte de ritos religiosos ni supeditar sus cargos y mandatos a organizaciones religiosas de ningún tipo; porque no se puede gobernar como si aún estuviéramos en un escenario preconstitucional, sino desde el respeto al ordenamiento constitucional y al carácter aconfesional del Estado el cual les obliga a la plena observancia de un comportamiento alejado de cualquier doctrina religiosa en aquellos momentos en los que ejercen el cargo para el que han sido elegidos, debiendo dejar para su vida privada la práctica de sus ritos religiosos.
Hoy día, y afortunadamente, la cada vez mayor secularización de la sociedad nos invita a fomentar el respeto a la diversidad individual, a protegernos de cualquier tipo de injerencia que atente contra nuestras libertades individuales. Busquemos la madurez como sociedad, pero también como personas autónomas capaces de decidir en base a nuestras propias capacidades qué convicciones, creencias o ideas adoptamos como personas libres, como seres humanos de pleno derecho.
Desde la Plataforma Laicista de Jerez demandamos la denuncia y derogación del Concordato y los Acuerdos del Estado español con la Santa Sede, así como todos los suscritos en el mismo sentido con otras confesiones religiosas.